Tres cómicos de la misma generación se enfrentan a una noche de monólogos, en la que el cómico que está haciendo el monólogo podrá ser interrumpido por los otros dos. Alguna vez con intención de puntualizar, alguna otra con intención de complementar y la mayoría de las veces con la única intención de tocar los cojones, porque para qué nos vamos a engañar, si estes tres tipos se preocupasen por el prójimo, harían bollos de viento, no monólogos.