Este trabajo con los clásicos está vinculado directamente a nuestra relación con el espectador. Nuestro objetivo es divertirlo. No sólo entretenerlo. No sólo contarle historias que nuestros antepasados aún quieren transmitirnos. No sólo mostrarle el castellano en su esplendor. En estos momentos, para casi cualquiera de nosotros es más fácil vivir los clásicos que leerlos. O sea, el Teatro. No es solo que pensemos que los clásicos son divertidos. Es que, en muchas ocasiones, si no son divertidos, es que no son clásicos.